Lo único que diferencia un buen día de un mal día es tu actitud.
La actitud. Hay veces que me hartaría de llorar, pienso en cómo lo estarán pasando muchas personas y me vengo abajo. Pero cuando eso ocurre me acuerdo de la rubia preligrosa (mi hermana Maite) matemática de profesión y corazón que dice: menos por menos es más. Voy a disfrutar lo que tengo.