EL FARO DEL FIN DEL HUDSON. Antonio Muñoz Molina

El faro del fin del Hudson “Edición limitada” (2015), una pequeña joya literaria del escritor Antonio Muñoz molina; con ilustraciones de Miguel Sánchez Lindo.

AUTOR. ANTONIO MUÑOZ MOLINA

Nacido en Úbeda, Jaén, el 10 de enero de 1956. Licenciado en Historia del Arte en la Universidad de Granada. En 1986 publicó su primera novela Beatus ille: pero fue su segunda novela El invierno en Lisboa (1987) la que lo consagró como escritor al recibir el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Narrativa.

Miembro de la Real Academia Española desde 1995 con el sillón “U”. Colabora habitualmente en los periódicos más importantes del país, función que compagina con su trabajo de escritor. En 2004 fue nombrado director del Instituto Cervantes de Nueva York. En 2007 investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Jaén como reconocimiento a toda su obra. Y en 2013 galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

SINOPSIS. El faro del fin del Hudson

Antonio Muñoz Molina nos descubre en esta obra un paisaje alejado de los estereotipos de ciudad bulliciosa que habitualmente se asocian a Nueva York en el cine y gran parte de la literatura sobre la ciudad. El faro del fin del Hudson es una colección de reflexiones y relatos breves concebidos durante sus paseos por la ribera del río Hudson. En esta colección de sesenta textos acompañados de seis ilustraciones de Miguel Sánchez Lindo, el autor nos habla del placer de caminar, evoca a otros autores que también hicieron del paseo una de sus rutinas diarias y nos invita a vagabundear por una Nueva York en la que vemos cómo la vida salvaje que un día existió allí sigue ejerciendo su influjo sobre la ciudad.

FRASES

“Un río. Una corriente continua de agua que desemboca en el mar. O en otro río”… Yacimientos de la memoria infantil, fijados por el asombro, por la extrañeza de las palabras comprendidas a medias.

Escríbeme un río, no me lo describas… Escríbeme ríos de tinta. La escritura como un río que no ha dejado de fluir desde que tengo uso de razón, un río de tiza sobre la pizarra, de mina de lápiz….

Ir derivando. Dejarse llevar; por la corriente del río, por el impulso de los pasos…, dejarse llevar por el azar de los pensamientos, por las asociaciones de palabras; por el río líquido de la tinta que brota de la punta del rotulador…

Un maestro zen decía que los zapatos hay que dejarlos cada noche con reverencia por gratitud hacia todas las leguas a las que tan dócilmente nos han llevado.

MI MOMENTO CAFÉ

PENÉLOPE

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: