Contigo en la distancia (Premio Alfaguara de Novela el año 2015) de Carla Guelfenbein.
«Ni yo, ni nadie puede recorrer ese camino por ti,
Debes transitarlo por ti mismo.
No está lejos. Está al alcance.
Quizá ya has estado en él desde que naciste sin saberlo.
Quizá está en todas partes, en el mar y en la tierra.»
AUTORA.
Carla Guelfenbein Dobry es una escritora chilena nacida en Santiago el 30 de noviembre de 1959. En 1976 se exilió con sus padres en Inglaterra como consecuencia del golpe militar del 11 de septiembre de 1973,
Estudió Biología en la Universidad de Essex, Inglaterra, con especialización en genética de población. Más tarde estudió diseño en el St. Martin’s School of Art. De vuelta a Chile trabajó en BBDO y también fue directora de arte y editora de moda de la revista Elle.
En cuanto a su faceta como escritora, asistió a los talleres literarios de Pía Barros y Gonzalo Contreras, y afirma que comenzó a escribir y leer en la infancia.
«Siempre escribí. Siempre para mí la escritura fue un lugar al que acudía constantemente, un refugio. Desde los nueve años más o menos empecé a escribir y a leer mucho también. Eso es algo que se lo debo a mi madre, ella es una profesora de Filosofía de la universidad y de ella aprendí a leer, ella guiaba mis lecturas, yo creo que eso me hizo una gran lectora».
Tiene una columna titulada Tan lejos, tan cerca en la revista dominical Mujer de La Tercera y ha conducido un taller de literatura y en abril de 2018 ha publicado Llévame al cielo, editada por la editorial Nube de Tinta.
BIBLIOGRAFIA
- El revés del alma (2002).
- La mujer de mi vida (2005).
- El resto es silencio (2008).
- Nadar desnudas, (2012).
- Contigo en la distancia (2015).
- Llévame al cielo (2018).
SINOPSIS
«Una novela de suspense literario construida con gran eficacia narrativa en torno a un memorable personaje femenino y al poder de la genialidad. La autora ha sabido entrelazar amores y enigmas con una escritura a la vez compleja y transparente.»
A Vera Sigall y Horacio Infante los une un amor de juventud y su pasión por la literatura. También un lazo misterioso que dos jóvenes, Emilia y Daniel, intentan desentrañar. Sin embargo, este no es el único enigma en sus vidas.
Una mañana, Vera Sigall cae por las escaleras de su casa y queda en coma. Al principio, la noción de que su caída no fue un accidente aparece como una sospecha para Daniel. Pero con los días y las semanas, la duda irá creciendo hasta volverse una certeza. Emilia y Daniel se encontrarán en la búsqueda de la verdad acerca del accidente de la mítica escritora pero, sobre todo, en la necesidad de entender sus propios destinos.
Los laberintos del amor y la mentira y el talento desigual como desafío de una pareja son los grandes temas de esta novela de Carla Guelfenbein, una autora que ha deslumbrado a Coetzee y a miles de lectores en el mundo.
OPINIÓN.
Una buena y bellamente escrita novela de intriga y romance; el único pero: el ritmo, un poco lento; aunque necesario para poder transmitir la sensación de impás, que anega la historia y deja varados a Emilia y Daniel, pendiente todo del restablecimiento de Vera.
FRASES
«[…] teníamos veinticuatro años, y el presente, cuando eres joven, necesita abrirse a ese mar de posibilidades futuras que aún no existen. Oportunidades que hay que salir a buscar.»
«La mano de mi padre junto a la mía sin tocarme. Nuestras sonrisas unidas en silencio, corroborando el hecho de que sin importar nuestra composición genética, el y yo estábamos varados en la misma orilla.»
«[…] bajo nuestra piel hay un mundo privado, con sus construcciones y sus paisajes propios, donde nadie, jamás podrá llegar.»
«Pensé que tal vez había por fin encontrado mi lugar, entre esas paredes vetustas, entre las almas de todas esas mujeres. Allí nadie me alcanzaría. Nadie exigiría de mi lo que nunca podría darles.»
«Ella había sido capaz de verme, o eso es lo que yo creía. Su mirada me otorgaba la convicción y la fuerza para transformarme en quien soñaba ser […] Desde el comienzo, yo había hecho esfuerzos por ser quien ambos queríamos que fuera. Sus intereses eran los míos.»
«[…] Había decidido estudiar con más atención, pensé que si partía de una idea preconcebida, quizá lo esencial se me pasaría por alto. Si trazaba de antemano la ruta, e imaginaba la forma que debía tener el destino que alcanzaría, lo más probable era que llegara con las manos vacías al mismo lugar de donde había partido. Pensé también que lo oculto no se busca. Se encuentra simplemente.»
«Hay momentos así. Momentos que con el tiempo se transforman en fábulas compartidas. Los reconstituimos con el fin de acomodarlos a nuestra historia y transformarlos en algo que podemos atesorar.»
«A mi me suele suceder. Cuando quiero algo con mucha, mucha fuerza, el resto de las cosas deja de interesarme. Y como ya nada me interesa, todo deja de funcionar.
– Estás hablando de la pasión.
– ¿Pasión?
[…]
– De la pasión y de lo que estamos dispuestos a hacer por ella….»
«Descubrió la exaltación que se apoderaba de ella al poner una palabra junto a la otra y constatar que juntas adquirían un sentido, una sonoridad que producía algo nuevo y único, un territorio propio que empezaría, poco a poco, a transformarse en su verdadera patria.»
«Pensé que la felicidad llega por los caminos más extraños. A su propio aíre. No hay forma de convocarla, ni esperarla. Puede aparecer, como no hacerlo nunca.»
«No sé cómo lo supo, pero vio de inmediato que estábamos encallados en el mismo puerto. Ninguno de los dos pertenecía al mundo donde habíamos ido a parar.»
«- No esperes que diga mucho […] Siempre he tenido la impresión de que ponerles palabras a estos momentos es lo mismo que clavarle un alfiler a una mariposa.»
«Me había aislado del resto. Imaginado que en el silencio de mi interior encontraría la verdadera vida. Ahora descubría que podía entrar y salir de él, y que ese vaivén, adentro, fuera, era una forma de libertad.»
«Ya lo anunciaban los griegos: la memoria se ancla a los lugares para poder sobrevivir. Sitios que el alma crea para poder guardar sus recuerdos.»