La voz dormida un hermoso libro de Dulce Chacón.
«Una tejedora de sentimientos. La escritora que le dio fuerza a la ternura y ternura a la fuerza en una íntima relación de igual a igual.» Luis Sepúlveda
AUTORA
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RESEÑA
Reseña del Editor: Pocas novelas podemos calificar como imprescindibles. La voz dormida es una de ellas. Libro del Año 2002 otorgado por el Gremio de Libreros, es un referente para entender la historia de las mujeres que perdieron la guerra.
La historia silenciada de las mujeres que perdieron la guerra.
Un grupo de mujeres, encarceladas en la madrileña prisión de Ventas, enarbola la bandera de la dignidad y el coraje como única arma posible para enfrentarse a la humillación, la tortura y la muerte.
La voz dormida nos ayuda a bucear en el papel que las mujeres jugaron durante unos años decisivos para la historia de España. Relegadas al ámbito doméstico, decidieron asumir el protagonismo que la tradición les negaba para luchar por un mundo más justo. Unas en la retaguardia y las más osadas en la vanguardia armada de la guerrilla, donde dejaron la evidencia de su valentía y sacrificio.
Dulce Chacón sumerge de inmediato al lector en las vidas de unos personajes hechos carne que le conquistan con una potencia irresistible, la que nace de sus actos, de sus valores, de su capacidad de lucha y sufrimiento, y del alcance de su amor.
OPINIÓN
Cuando lees la historia de estas mujeres te das cuenta lo poco que valoramos lo que hemos heredado de forma gratuita, y te hace tomar conciencia del deber ético y moral que tenemos de agradecer, continuar y contribuir con nuestro grano de arena en la labor empezada por ellas.
FRASES
“Las cosas amargas hay que tragarlas deprisa y que pierden sabor si les ponen el azúcar de una canción.”
“- No hemos perdido la dignidad.
– No, sólo hemos perdido la guerra, ¿Verdad? Eso es lo que creéis todas, que hemos perdido la guerra.
– No habremos pedido la guerra hasta que estemos muertas, pero no se lo vamos a poner tan fácil. Locuras, las precisas, ni una más. Resistir en vencer.”
“Los malos momentos vienen solos, pero los buenos hay que buscarlos.”
“Vivirás para contarlo, le dijeron, ignorando que sería al contrario. Lo contaría para sobrevivir.”
“Quizá el tiempo se mida en palabras. En las palabras que se dicen. Y en las que no se dicen… Es necesario aprender a vivir en la espera… y es necesario aprender a vivir en silencio.”
“Ambos indagan en los ojos del otro esperando una respuesta sin formular ninguna pregunta. Ambos buscan una mirada cómplice que ahuyente el miedo a preguntar. Y el mido a saber.”
“La desesperación es una forma de negar la verdad, cuando asumirla supone aceptar un dolor insoportable. Y el cuerpo se niega, se rebela. El sentimiento ruge… La desesperación se rebela contra la posibilitad de un consuelo.”
“Libertad, qué extrañas son las palabras que se resisten a ser pronunciadas sin que el rubor nos alcance. Y qué extraño es llamar libertad a una carrera en la noche, al cielo raso, al monte bajo, al frío y al calor, a un pañuelo en la boca, a un fusil en la mano.”
“Las ciudades tienen su propia historia. Pero tienen también su historia ajena, pequeña y personal, una y múltiple, la historia que escriben los que la llevan en un rincón de la memoria.”
“Hay mentirijillas que son una verdad más honda que las propias verdades.”
“La soledad se descubre a menudo en la necesidad de un abrazo.”