
«No tienes que ser bella. No le debes belleza a nadie. Ni a tu novio, esposo, compañero, ni a tus colegas de trabajo, ni especialmente a cualquier hombre en la calle. No se la debes a tu madre, no se la debe a tus hijos, ni se la debes a la civilización en general. La belleza no es una renta que debas pagar por ocupar un espacio marcado como “mujer”.» — Diana Vreeland