El 11 de septiembre… podría haber sido un día más en el calendario.
Serían las 3 de la tarde. Acababa de salir del banco, donde estaba haciendo unas prácticas. Por aquel entonces, internet en casa era algo impensable. Así que para ver por donde iba en las bolsas de secundaria, me acerqué a un cibercafé.
Al entrar, me quedé sorprendida de que todo el mundo de la barra miraba a la tele. Pero sin darle más importancia me acerqué al muchacho y le dije que necesitaba conectarme. Mientras encendía el ordenador, miré hacia atrás, para observar la imagen que me había recibido a mi entrada. Allí seguían mirando con los ojos fijos al televisor, os puedo asegurar que pensé que aquellas imágenes, en las que se veían las torres gemelas ardiendo, pensé eran de una película. Volví a la pantalla del ordenador, busqué lo que me había llevado allí y salí de aquel ciber contenta de ver que había bajado en las listas.
Al llegar a la casa, llamé al que era por aquel entonces mi novio, y me preguntó si había visto lo que había pasado. Lo que aquellas personas veían en la tele, no era una película, realmente estaba pasando. De verdad, no daba crédito, me parecía imposible.
De aquel suceso guardo en mi memoria varias cosas, primero la desesperación de aquellos que se arrojaban al vacío, las hojas de prensa donde comentaban la cantidad de niños que se quedaron aquel día esperando a sus padres y QUE SOLO HAY UNA COSA QUE ES CAPAZ DE MOVER A LAS MASAS, EL ODIO.
Si alguna vez necesitas un ejercito que luche, busca sólo un motivo, EL ODIO.
Aquel 11 de septiembre y aquel año, muchas cosas cambiaron. Para algunos fue un año desastroso, pero para mí supuso el inicio de lo que sería mi futuro el resto de mi vida. El 4 de Octubre comenzaba a trabajar en la educación.
La vida es un instante y me quedo con el azucarillo que me tocó hace unos días….
Ojalá algún día pueda decir, que lo que mueve a las masas es el amor.
