Aprendiz de la vida-La Navidad.

La Navidad es el resumen de tu año, de los  momentos vividos y tu infancia. Aprendiz de la vida

Con los años he comprendido el significado de la Navidad. La Navidad no son sólo tres días, de comer, juntarte con la familia y abrir regalos sin parar. La Navidad es tu infancia y el resumen de 365 días.

Durante 365 días he disfrutado:

  • De gente que me sonríe al comenzar el día, aunque yo sea un poquito de mi tierra.
  • De alguien que me coge el teléfono y siempre me dice: Ole mi Cris.
  • De amigos para tomarme una manchada en el recreo.
  • De amigas para sentarme en un banco y echar la tarde hablando.
  • De unos días junto al mar, para escuchar el mar, tomar el sol y paquetes enteros de pipas.
  • De viernes al sol disfrutando de unas cervezas y mostos con la mejor compañía.
  • De contarles a mis hermanos lo ocurrido en un montón de días alrededor de una isla de cocina.
  • De que mi madre me tape con una manta como cuando era pequeña y hacía la cama.
  • De unas cuentas manzanillas.
  • De tardes en los chinos.
  • De besos y abrazos.
  • De los deberes de Leo, jajaja. Ni siquiera quiero perderme esos momentos para el próximo año.
  • De reencuentros con gente que no veía hace tiempo.
  • De una buena pizza con la mejor compañía.
  • De  pequeños malos momentos que me han enseñado tanto.
  • De mis minutos, horas y días escribiendo e inspirándome.
  • De tardes de compras, mientras Leo corre sin parar.
  • De horas sentada en el sofá escribiendo y hablando con mi hermana.
  • De whatssap o mensajes  llenos de palabras hechos con el corazón.
  • De risas y llantos.
  • De tardes de cine.
  • De minutos y horas llenas de lecciones.

Estos días sentada tranquila en el sofá, preparando comida y comprando algún que otro regalo disfruto del efecto de los 365 días. No hay día que no intente enseñar a Leo a disfrutar de las  pequeñas y grandes cosas.

Mi infancia.  Por mucha distancia que exista y por muchos años que pasen para mi la Navidad es el frío, comer mantecados, escuchar a mi madre cantar villancicos en la cocina y alrededor de una chimenea, oír a mi padre contar las uvas  mientras con los ojos cerrados aguanto la risa, los puestos de Bib-rambla, los churros con azúcar, volver de la cabalgata sin ningún caramelo después de estar horas y horas esperando, esperar a que lleguen las doce para comerme las uvas y poder irme a dormir, ver caer la nieve a través de la ventana mientras a Sabrina se le salía el pecho, los huevos rellenos, bocadillos de salmón y huevo hilado, el flan del chino, limpiar las copas y sacar el mantel verde o cerezas. Porque como decía Rafael no hay más patria que la infancia.

Estos días me empeño de llenar la memoria de Leo, porque se que eso formará su patria y su Navidad.

Feliz Navidad y felices próximos 365 días.

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